En Argentina, la participación de menores de 18 años en plataformas de apuestas online, así como en casinos y bingos, está prohibida por ley. No obstante, la ludopatía infantil es un problema grave que crece de manera significativa en la sociedad actual, y que tiene consecuencias negativas en la salud mental, física y emocional de las y los jóvenes.
Esta adicción, que se caracteriza por la incapacidad de controlar el impulso de jugar, aumenta a edades cada vez más tempranas. Evidentemente, la vulnerabilidad de las y los adolescentes, que se encuentran en plena etapa de desarrollo y necesitan contención, es aprovechada para generar negocios y ganancias extraordinarias.
Según un informe del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, sobre los resultados de una encuesta realizada por Ibope a nivel nacional, el 12,5 % de los jóvenes de 15 a 24 años incursionó en las apuestas, cifra que se eleva al 15,5 % en el grupo de 25 a 34 años. A su vez, estas apuestas online se encuentran más concentradas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (9,1 %), comparado con otras regiones del país (7,5%).
Este estudio, que abarcó a más de 10.000 personas, también señala que el 10% de los apostadores juega todos los días, mientras que el 19,2 % lo hace una vez a la semana. Y a la hora de jugar, las opciones más elegidas son el fútbol (41,2%), los bingos (37%), y el boxeo (16,8%).
Hoy en día, tan solo con un celular y una billetera virtual, se puede acceder fácilmente a plataformas de casino y apuestas en línea. Es decir, que no es necesario acudir a salones de juego para apostar y tampoco se precisa dinero físico.
Entonces, las nuevas tecnologías ampliaron el alcance y las formas en las que este fenómeno tan preocupante puede manifestarse. Un mayor nivel de conectividad, facilidad de acceso, diversidad de juegos de azar -desde tragamonedas hasta apuestas deportivas en tiempo real-, son algunos de los factores que explican el aumento de adolescentes involucrados en esta peligrosa actividad.
Asimismo, los influencers, la publicidad, y las constantes propagandas en redes sociales que predican el juego, representan un elemento clave para comprender esta problemática. Al respecto, recientemente el gobierno bonaerense anunció que intimará legalmente a los famosos e influencers que promocionan las apuestas ilegales, entre otras series de medidas para contener este problema.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció en los últimos días que cerró la inscripción a nuevas licencias para operadores de apuestas, suspendiendo todos los convenios con posibles operadores.
Indudablemente, el Estado debe tener un rol activo para implementar acciones de prevención, concientización y regulación estricta de esta industria, generando políticas que sean efectivas para proteger a la ciudadanía de los riesgos asociados con estas prácticas.
Al mismo tiempo, es fundamental abordar este flagelo de forma integral y conjunta con instituciones educativas, organizaciones sociales, clubes, profesionales de la salud mental y, desde ya, con el apoyo y los controles adecuados por parte de las personas adultas y las familias.
En ese sentido, es relevante estar atentos a diversas pautas que podrían indicar que un adolescente se encuentra inmerso en esta situación como: cambios significativos en el comportamiento o estado de ánimo como ansiedad, irritabilidad, cambios de humor repentinos, aislamiento social; pérdida de interés repentina en otras actividades que antes disfrutaba como deportes, estudios o relaciones sociales y que ahora reemplaza por el juego online
Preocupación constante por el juego; preocupación constante por el juego como hablar constantemente sobre apuestas o consultar resultados de manera compulsiva; problemas financieros sin una explicación clara; aumento del tiempo que dedica al juego; y negación o minimización del problema.
En definitiva, la ludopatía infantil es un problema que exige el compromiso de toda la sociedad en su conjunto, para prevenirlo y controlarlo de manera efectiva. Es el único camino para evitar que los números y datos mencionados anteriormente sigan creciendo, y para construir un futuro seguro y saludable para todos los niños, niñas y adolescentes.
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